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¿Soy apto para operarme?

Ésta es una de las preguntas más frecuentes que me hacen los pacientes en mi consulta. Para saber si una persona es apta o una buena candidata a la operación debemos de tener en cuenta dos aspectos, el grado de obesidad del paciente y los problemas de salud asociados a la obesidad.

Existen varios métodos para valorar el grado de obesidad de un paciente, el más utilizado es el Índice de Masa Corporal (IMC) es un número que se obtiene como resultado de dividir el peso en kilogramos entre el cuadrado de la altura en metros del paciente:

Ejemplo:

Un hombre que pese 120 kg y mide 1.80m tiene un IMC de :

75/1.80 x1.80= 75/3.24= 37

Una mujer que pesa 95 kg y mide 1.50 m, tiene un IMC de :

95/1.50×1.50 = 95 /2.25 =42

Clásicamente los pacientes con un Índice de masa Corporal superior a 40 o a 35 Kg/m2 con alguna enfermedad relacionada con la obesidad tienen indicada la operación, si se descartan endocrinopatías y trastornos del hábito alimentario inapropiados.

Sin embargo, el IMC es un valor que sólo refleja el peso del paciente y no la distribución o el acúmulo anómalo de grasa, que es lo que realmente define la obesidad. Existen otros métodos más precisos para medir la obesidad como la impedanciometría.

En Obesidad Tenerife disponemos del más avanzado método de análisis de la composición corporal para poder determinar los siguientes parámetros:

  • Agua Corporal Total
  • Proteínas
  • Minerales
  • Masa Libre de Grasa
  • Masa Grasa Corporal
  • Peso
  • Masa Músculo-Esquelética
  • Índice de Masa Corporal
  • Porcentaje de Grasa Corporal
  • Análisis Muscular Segmental
  • Análisis de Grasa Segmental
  • Historial de Composición Corporal
  • Evaluación Nutricional
  • Tasa Metabólica Basal
  • Nivel de Grasa Visceral
  • Grado de Obesidad
  • Ingesta Calórica Recomendada
  • Consumo Calórico por Ejercicio
  • Impedancia

En la actualidad, hay algunos parámetros como el nivel de grasa en el hígado, la resistencia periférica a la acción de la insulina o las enfermedades asociadas a la obesidad, que podrían ser más importante que el peso del paciente, a la hora de indicar un “bypass gástrico o una reducción de estómago” en un paciente.

La operación tiene como objetivo aumentar la calidad de vida del paciente, mejorar las enfermedades asociadas y prevenir complicaciones futuras.

Las dos sociedades científicas más importantes a nivel internacional (ASMBS e IFSO), recomiendan considerar el tratamiento quirúrgico en pacientes con IMC superior a 30 Kg/m2, que se beneficien de una pérdida significativa del peso que no se haya podido alcanzar mediante dieta y ejercicio y que vaya a suponer una mejoría significativa de la calidad de vida y de la autoestima del paciente.

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